miércoles, 25 de noviembre de 2015

Corto y cambio

Encontrar un piso decente en Madrid, después de meses de búsqueda, empieza a recordarme a buscar una aguja en un pajar.

Así que como idealista no se pone de mi parte, y sigo sin encontrar hogar, al menos, me mudo de blog.

Al fin y al cabo, home is where the heart is, y poco importa el dónde. Esto no es más que una mudanza. Que me lleve o no conmigo todos mis bártulos, ya lo veremos. De momento, me voy con lo puesto, pero con más canciones. Cambio y corto, mientras yo voy cambiando de piel. 

Le tomo prestado a Quique González uno de sus títulos: os espero Cuando estés en vena

Todo un placer, señoras y caballeros.

:)


miércoles, 18 de noviembre de 2015

Del verbo ser

Aquel domingo no distaba tanto de ser un maldito domingo más, y aquella cita súbita recordaba más a un trato que a la mágica conjunción planetaria que, se suponía, en algún momento tendría a bien suceder. Ni había luna llena, ni mesa reservada para dos, ni vino, ni rosas. El único atisbo de perfección se intuía en la línea, tan roja, de su boca.

Pidieron unas cervezas y escogieron la eme: de mirarse, morderse y mentirse. Fueron pasos en falso y caminaron en círculos, a sabiendas de que así no irían a parar a ninguna parte. Fueron retrasos y esperas, fueron brevísima complicidad. Fueron aviones de última hora que nunca iban a despegar. Fueron efímeros, y fueron intensos, en un único y fallido intento.

Eso es lo que fueron: la furia y las ansias del viento desnudando a los árboles de octubre, veloces, valientes, inciertos. 

De lo que no tuvieron certeza fue de lo que podrían haber sido. Podrían haber sido distancias recortadas, tachones en la lista de lugares a los que ir. Quizás otro abrazo. 

Más besos, quizás, también. 

Pero les faltó la música para desandar lo andado.
Quizás en otra tarde.